It hurts.

Dicen que a través de las palabras, el dolor se hace más tangible. Que podemos mirarlo como a una criatura oscura. Tanto más ajena a nosotros cuanto más cerca la sentimos. Si uno de estos pequeños granitos enferma, el resto del organismo enferma también. Pero yo siempre he creído que el dolor que no encuentra palabras para ser expresado es el más cruel, más hondo… el más injusto.

martes, 3 de julio de 2012

Vete lejos pero por favor, no vuelvas.

No sé si tengo miedo o qué es, sentada sola frente a un café mis dudas aumentan, mis interrogantes se vuelven enormes en mi cabeza, el sabor amargo del café me despierta pero me hace ver las cosas con mayor dificultad, menuda contradicción de mierda. Soledad cabrona que me absorbe sin preocuparse de lo mucho que me puede estar ahogando. Tanto aire me sobra, necesito compartirlo contigo. No con alguien cualquiera, no con una o bien con otra. No. Sólo contigo. Pero no estás, casi nunca estás. Ya no.
Me encantaban tus besos, esos que nunca me diste y esos otros que nunca nos daremos, esos en los que a veces mordías mi labio y después sonreías. Me encantabas tú y tu forma de dolerme. Porque la verdad es que siempre dolías, y tanto que lo hacías, nunca quise verlo pero por supuesto que dolías, como la que más. Y yo feliz. Feliz de tenerte, de saber aguantarlo todo, de aumentar mi poca paciencia mientras esperaba el momento en el que aparecieras por esa puerta, una puerta que por mucho que la mirara nunca haría que llegaras. Y nunca llegaste. No lo hiciste.
Te llevé a mi rincón favorito del mundo con los ojos cerrados, sin pensarlo, para compartirlo contigo, para poder hacerlo todavía más bonito y lo aprovechaste, lo aprovechaste para romperlo todo, para destrozarlo absolutamente todo desde ese día. No he sido capaz de volver ahí, no he podido pisar de nuevo ese lugar que nos vio empezar, que me vio feliz, que me vio totalmente ingenua sin saber todo el dolor que me llegaría a causar lo nuestro. No he podido pisarlo de nuevo porque sé que tu imagen en mi cabeza me habría llevado directamente hasta el fondo, justo esa imagen de cuando estuviste por esos rincones correteando con tu sonrisa, esa tan tuya que siempre necesitaba para que la mía apareciese sin esfuerzo. No he podido y sigo sin poder. Pienso en ti y el mundo se me traga con facilidad. Sé que ya no te quiero, sé que las cosas han cambiado. Te he permitido hacer conmigo y de mí lo que has querido y más. He dejado que me rompieras, y que rompieras después otra vez cada pedazo en otros mil, y después en otros mil más. Y he dejado que te fueras, que me dejaras sola buscando otros labios que curaran las heridas que dejaste abiertas, otros labios que no doliesen o simplemente que doliesen menos. Creo que lo estoy consiguiendo, creo que poco a poco esos mil pedazos se han recompuesto. Mal, pero lo han hecho. Ahora solo me queda juntar otros mil más. Así que por favor, no vuelvas ahora y deja que lo arregle sola. Vete lejos y déjale a alguien que sí quiera el sitio que tú no quisiste ocupar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario