Tú y yo. Imagínalo. Tú y yo. Cierra los ojos, ¿dónde estamos? ¿Cuánto tiempo ha pasado? Ni lo sé contar. Ya sabes bien que yo no soy de números, soy más de odiarlos. Son demasiados motivos. Kilómetros, horas sin ti, minutos infinitos de dolor perpetuo cada vez que me has faltado. Pero ahora oye, tú y yo. Míranos. Tu mano y mi mano, mucho camino por recorrer. Oh por favor, cuantas ganas de ti, de tú y yo. ¿Me entiendes? Te abrazo cada noche antes de dormir sin que estés aquí. Pero tú y yo. ¿Cómo explicas algo así? O más bien, ¿es necesario explicarlo? Quiero llegar y que me mates a abrazos infinitos, que me comas a bocados, que me quemes con tu piel, que me arañes con un simple roce. Que me cures. Que quiero tú y yo. Dormir contigo y que, por fin, pueda despertar acurrucada a tu lado, enredada en tus brazos, o pegada a tu espalda. Con tu olor. Tú y yo. Mejor que nadie sabes de qué hablo. Ese: 'que te vengas ya a mi cama, que quiero dormir.' Que pueda hacerlo al instante sin problema, besarte en la espalda y que cierres los ojos hasta dormirte. Esperar, verte dormir. Y despertar. Y todo contigo. Todo tú y yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario