It hurts.

Dicen que a través de las palabras, el dolor se hace más tangible. Que podemos mirarlo como a una criatura oscura. Tanto más ajena a nosotros cuanto más cerca la sentimos. Si uno de estos pequeños granitos enferma, el resto del organismo enferma también. Pero yo siempre he creído que el dolor que no encuentra palabras para ser expresado es el más cruel, más hondo… el más injusto.

domingo, 16 de diciembre de 2012

¿Sabes? Hablo de. Te describo que.

¿Sabes lo que duele un simple corte con una hoja de papel? ¿Sabes lo que duele una uña al separarse de su correspondiente dedo? ¿Sabes lo que duele cuando andas descalza por casa y tu dedo pequeño golpea fuerte la maldita pata de la cama? ¿Sabes todo este tipo de cosas pequeñas e insignificantes que nunca se tienen en cuenta pero de repente las sientes en tu piel y piensas: 'joder, no hay nada que duela más que esto'? Hablo de dolor físico, dolor que de la misma manera que lo he sufrido yo, sé que tú también has podido sufrirlo, como todo el mundo. Cosas inapreciables, pequeñas, incluso graciosas. Cualquiera que te vea llorar por golpearte en el codo con una puerta inevitablemente va a reírse, y tú te vas a sentir la persona más desgraciada del mundo.
Y de esto hablo, de esto quiero hablar, pero desde el otro lado, desde ese lado que nadie conoce, desde ese dolor que a lo mejor nadie ha sufrido de la misma manera. Hablo de querer algo desde un punto de vista que casi roza lo imposible, hablo de que te tomen por loca por querer formar parte de algo que la mayor parte de la gente que te rodea no entiende... o no quiere entender, hablo de que no quieran ver que el motivo de tus despertares es algo bastante fuera de lo común, hablo de que no te permitan cumplir tu sueño porque les parezca la estupidez más grande del mundo, hablo de cómo una vida se puede hundir con un simple 'no vas a estar ahí'. Hablo de todo esto que nadie sabe, de todo esto que me he callado cada uno de mis días desde que escuché esas palabras por primera vez. Hablo de toda esa gente que prometieron dejarse la piel por ayudarte a salir adelante y que antes de lo esperado echaron a correr en dirección contraria por miedo a caer también.
Después de muchos intentos por hablar de esto, después de muchos intentos de encontrar las palabras adecuadas creo que ahora mismo podría describir con total detalle aquél miserable día de abril de un año que ni quiero recordar. Podría describir cada sensación, cada insignificante instante en el que creía que el dolor iba a perforarme el pecho, cada ataque de ansiedad que casi se unía con el anterior, cada llamada o cada mensaje de mi mejor amiga para saber si aún seguía bien, cada minuto que pasaba mientras yo deseaba desaparecer, mientras deseaba que todo eso acabara de una vez por todas, mientras mi cabeza daba vueltas y vueltas buscando un final que a día de hoy aún no ha llegado. Podría describir mil  cosas que me han hecho cambiar, que no me han dejado volver a ser la misma persona. Podría hacerlo pero no es el momento todavía, ni siquiera estoy preparada después de tantos intentos por hacerlo.
Pero sin embargo hablo de esto. Hablo de la primera vez que noté algo dentro de mí romperse en mil pedazos. Esa sensación, cuando todo se paralizó mientras podía notar en cada rincón de mi cuerpo mil astillas invisibles atravesándome sin piedad, hablo de mi pecho desgarrándose mientras se formaba un pequeño agujero negro que iba tragándose mis órganos vitales lenta y dolorosamente. Hablo de todos los problemas que este motivo ha desencadenado, y hablo de todo lo que me ha cambiado.
Desde entonces soy dos personas distintas, desde entonces nadie sabe bien quién soy. Desde entonces llego a casa y me encierro en la habitación, allí es dónde me desgarro, dónde me hago pedazos cada noche intentando saber qué es exactamente lo que hice mal, pasan las horas, sale el sol, salgo a la calle y en ese momento soy otra. Alegría, sonrisas, carcajadas por allá dónde paso. Así no hay que dar explicaciones, así es mi secreto, así nadie sabe por dónde atacarme excepto unos pocos que sé bien que no lo harán. Y aquí estoy. Mírame, ¿me ves? Me abro en canal para contarte que soy la persona más desgraciada que te puedas cruzar en la vida pero siempre estaré dispuesta a sacarte una sonrisa porque sé a la perfección que nunca serás capaz de hacerme romper a llorar cómo lo hice y lo sigo haciendo al despedazarme cuando tengo oportunidad.

Y ahora que lo he soltado todo júzgame, adelante. 

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