It hurts.

Dicen que a través de las palabras, el dolor se hace más tangible. Que podemos mirarlo como a una criatura oscura. Tanto más ajena a nosotros cuanto más cerca la sentimos. Si uno de estos pequeños granitos enferma, el resto del organismo enferma también. Pero yo siempre he creído que el dolor que no encuentra palabras para ser expresado es el más cruel, más hondo… el más injusto.

sábado, 14 de abril de 2012

Y sí, vale, voy a admitirlo.

Le he regalado palabras bonitas a personas que con el tiempo me di cuenta de que no se las merecían. Les he dado mi confianza a personas que la han reglado, aprovechando esto para hundirme delante de todos. He sonreído tontamente por alguien que resultó ser un tonto. Y he llorado por personas que han disfrutado cuando han visto mis lágrimas. Le he dado todo a una persona que con el tiempo lo único que me ha dado ha sido la espalda. Y también he disfrutado junto a personas que con el tiempo me han dejado atrás para disfrutar por sí solas. Le he dicho a alguien que no podía vivir sin su compañía y al final ha resultado que sigo viva, y ya no está. También he recorrido infinidad de kilómetros para ver a personas que con el tiempo han demostrado que no merecen la importancia que les di. Me he desvivido por personas con las que jamás he hablado; y les he amado, les he llorado, y he hecho infinidad de locuras, la mayoría sin recompensa, aunque hoy por hoy, puedo decir que merecieron la pena. Pero por otro lado, también he considerado a una amiga como hermana no biológica y después ha resultado que no era ni amiga. Me he quedado muchas noches convenciendo a una persona de que todo es posible y ha acabado demostrándome que me equivocaba, haciéndolo al mostrarme que me equivocaba con nuestra amistad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario